Demencia de la etapa final

La demencia es un término bastante amplio, refiriéndose a una serie de enfermedades que resultan en la degradación progresiva de las capacidades mentales, manifestándose inicialmente con un fallo a corto plazo, luego una memoria a largo plazo, que eventualmente afecta la capacidad lingüística, atacando finalmente la funcionalidad cognitiva.

Principalmente afectando a los ancianos -aunque puede manifestarse en individuos más jóvenes- generalmente alcanzando su punto crucial unos diez años después del diagnóstico, la demencia en etapa terminal puede resultar debilitante a la capacidad del paciente para interactuar con su entorno, con síntomas primarios incluyendo los siguientes:

Por esta razón, ellos necesitarán ayuda para obtener alrededor porque corren el riesgo de lastimarse a sí mismos.

Comer - Con los reflejos y el movimiento de los músculos comenzando a fallar, la deglución se hará difícil, uno de los varios síntomas que pueden conducir a la pérdida de peso bruto debido a la falta de un consumo adecuado de alimentos; Pensó que también hay casos de pacientes por comer; De cualquier manera calce es uno de los acontecimientos más peligrosos para mantener un ojo hacia fuera para.

Comportamiento - esto suele resultar ser el más volátil como cambios de comportamiento pueden oscilar cualquier número de direcciones; Usted está mirando cambios de humor que cambian entre temblores, agitación, confusión e incluso agresión.

Es común ver a los pacientes en estas etapas finales balanceándose hacia adelante y hacia atrás, moviéndose de la inquietud debido a la falta de actividad física y así sucesivamente. Las alucinaciones y los delirios no son nada raros.

Es importante comprender los síntomas que predisponen el descenso del paciente a las etapas finales de la demencia. La clave suele estar en las funciones cognitivas que entrarán en un estado de decadencia chocante, con el paciente demostrando incapaz de ejecutar las tareas físicas más básicas, esto incluye caminar.

Lo que resulta es un aumento considerable en la intensidad del cuidado requerido; Después de todo, en estas etapas finales el paciente se reduce a poco más que un bebé que necesitará cuidado paciente, compasivo y totalmente dependiente de un cuidador capaz.

La muerte suele ocurrir en poco más de seis meses después de la manifestación de los síntomas.

Es imprescindible que se considere la posibilidad de colocar a estos pacientes en manos de un centro de cuidado controlado donde es más probable que reciban el mejor cuidado posible para los meses restantes de vida. Uno no debe subestimar el esfuerzo requerido para cuidar a un paciente de demencia en estas etapas finales, con los propios cuidadores animados a buscar ayuda cuando sea necesario para evitar episodios de depresión.