Como con muchas enfermedades crónicas, el diagnóstico temprano es crucial para tratar la demencia y el Alzheimer. Sin embargo, puede ser difícil distinguir entre el envejecimiento normal y los signos de advertencia de la demencia. Por ejemplo, es completamente natural sufrir lapsos menores en la memoria a medida que uno envejece, pero cuando estos fallos se convierten en frecuentes y perturbadores, debe hablar con su médico acerca de la posibilidad de demencia en etapas tempranas.
El signo más revelador de la demencia en etapa temprana es cuando los amigos y familiares empiezan a notar los problemas de memoria. Estos podrían ir desde el olvido de las palabras comunes a las cosas extraviadas a olvidar los nombres de las personas. Otro síntoma es la dificultad en la realización de tareas relacionadas con el trabajo o sociales, especialmente cuando se trata de recordar instrucciones escritas o verbales.
Esta etapa de la demencia se conoce como el de la disminución cognitiva leve. En este punto, es posible que un médico haga un diagnóstico, aunque esto no es siempre el caso. Una vez más, la demencia no siempre se distingue del envejecimiento normal.
En el momento en que se llega a la fase temprana de la demencia, una evaluación médica puede conducir de manera concluyente a un diagnóstico. El individuo todavía puede funcionar por sí mismo, pero tendrá problemas cada vez mayores con la planificación, organización y realización de actividades complejas. A medida que la capacidad de la memoria empieza a erosionarse, el paciente tendrá cada vez más dificultades para recordar los eventos recientes y la información. Podrían conservar un excelente recuerdo de los acontecimientos en el pasado lejano, pero no ser capaces de recordar reunirse con alguien el día anterior. Sin embargo, la pérdida de memoria afecta a todos de manera diferente, por lo que no hay señales de advertencia infalibles para el comienzo de este proceso.
Desafortunadamente, no hay cura para la demencia, ya sea en sus etapas iniciales o de otra manera. Sin embargo, hay tratamientos disponibles. Estos van desde el asesoramiento hasta el cuidado de la medicación.
Los medicamentos no pueden revertir la demencia, pero pueden aliviar los síntomas de confusión, depresión y ansiedad que acompañan a la enfermedad. En algunos casos, el inicio de la demencia puede ser causado por un tumor cerebral, en cuyo caso la cirugía puede ser una opción.
El asesoramiento es un componente importante del tratamiento de la demencia en etapa temprana, ya que la víctima es lo suficientemente consciente para beneficiarse de ella. Llegar a un acuerdo con la condición puede ser un proceso muy doloroso, y además de asesoramiento, el paciente necesitará un gran apoyo de sus seres queridos.
El cuidado no se necesita generalmente en las primeras etapas de la demencia, pero después de un diagnóstico, el paciente y su familia deben comenzar a planear para el futuro. El curso de la enfermedad es irreversible, por lo que el paciente debe estar lo más involucrado posible con la toma de decisiones que les afectan a medida que sus síntomas empeoran.
También es necesario que los cuidadores, especialmente si son miembros de la familia, busquen su propio apoyo. Cuidar a alguien con demencia es también difícil, y los cuidadores deben asegurarse de cuidar de sí mismos para asegurarse de que pueden cuidar al paciente.
Una manera de cuidadores puede ayudar a aliviar la ansiedad del paciente sobre su pérdida de memoria es centrarse en las cosas que él o ella puede recordar. Como se señaló anteriormente, los pacientes de demencia en etapa temprana muy probablemente será capaz de recordar eventos de un pasado lejano. Simplemente participar en conversaciones sobre esos eventos puede aliviar en gran medida la ansiedad que uno siente con la pérdida de su memoria.
Debido a la dificultad de detectar la demencia en etapas tempranas, la mejor estrategia es programar chequeos regulares con su médico. Cuanto más aviso anticipado tenga, más fácilmente podrá tomar decisiones con respecto a su tratamiento.